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Catando Sueños

por Natalia López Mota

En los restaurantes viven casi todos los sueños juntos. Los sueños concretados de los agricultores y de los pescadores, de los cocineros y los productores de vino, de los queseros, de los músicos, de los arquitectos y de los golosos.

Las cocinas son territorios donde los mundos se encuentran, donde los caminos se cruzan y confluyen historias que antes pertenecían a otros lenguajes, a otros sueños. Comemos los sueños del mundo, las ideas que se hicieron gesto, aquello que se transformó en actos, lo que recorrió camino para llegar a un plato. En un menú elegimos el conjunto de sueños colectivos que despiertan nuestra atención.

Pienso en un sorbo de vino y se despliegan las historias que lo habitan. Pienso en esos sueños compartidos que, poco a poco, se fueron entrelazando hasta dar forma a ese instante de encuentro. Me emociona descifrar sus notas, la posibilidad de coleccionar códices susurrados desde el territorio secreto de los sueños ajenos.